El Plan de Nación que busca “pacificar” Honduras tras seis meses de régimen dictatorial y con el forzado destierro del mandatario legítimo en realidad viene cobijando operativos de represión, tortura y asesinato en comunidades rurales y urbanas.

Así lo denunció Juan Almendares, de la organización Madre Tierra - Amigos de la Tierra Honduras a través de un artículo divulgado mundialmente y en diálogo con Radio Mundo Real desde Tegucigalpa.

La represión en el campo hondureño se funda en una alianza entre fuerzas militares, policiales y los poderosos cuerpos de seguridad privada que responden a las empresas trasnacionales del agronegocio a quienes el gobierno de facto y el de Lobo que lo sustituyó han apañado, señala Juan Almendares.

La comunicación con Honduras resulta hazañosa para los medios de comunicación alternativos internacionales en tanto en el interior del país éstos se encuentran prácticamente silenciados. El contacto de Radio Mundo Real con Almendares se vio interrumpido varias veces debido a la intervención de sus líneas telefónicas.

Operación “El madrugón”

“El madrugón” es en la jerga de la represión hondureña el operativo mediante el cual, bajo el justificativo de “combatir la delincuencia” se allanan domicilios, sedes de organizaciones sociales y movimientos en las principales ciudades del país, relata Juan Almendares.

La alianza entre fuerzas de uniformados oficiales y privados se ha aporderado de los principales ríos y desalojado comunidades campesinas que vivían en zonas estratégicas para el avance del agronegocio.

Con el “know how” de Uribe

Otro plano de las alianzas que sustentan al régimen hondureño son sus vínculos con Bogotá y el “asesoramiento” del gobierno de Álvaro Uribe en materia de represión, señala Almendares.

Bajo Micheletti acudieron al país sicarios colombianos adiestrados en la guerra sucia que, por cierto no han dejado de operar hasta el presente, denuncia Almendares.