Así lo estableció en su análisis durante la segunda jornada de la Asamblea Continental de los Movimientos Sociales hacia el ALBA, el economista y periodista paraguayo Gustavo Codas, asesor de movimientos sindicales en América Latina y ex director de la represa binacional de Itaipú nombrado por el ex presidente Fernando Lugo.

Codas reflexionó sobre el accionar de los poderes fácticos tendiendo un cerco sobre algunos de los gobiernos “progresistas” de la región y analizó algunos pasos dados en sentido integrador que, como el Consejo de Defensa de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) pueden significar “un cambio de época”.

Las políticas neoliberales y la forma en que ellas se continúan como herencia estructural en las economías nacionales fueron parte de las reflexiones del militante paraguayo, quien subrayó la existencia de un cambio en la configuración de dominación imperialista a partir de la primera guerra en Irak (1991).

Incapacidades de las formaciones políticas neoliberales y un cambio en el mercado mundial con el aumento del precio de los productos exportables por los países latinoamericanos, explican la emergencia de gobiernos progresistas lo cual significa una disputa por la renta excedente y su distribución por parte de las administraciones de estado, beneficiando así a amplios sectores de las poblaciones nacionales.

Sin embargo, los poderes fácticos continuaron disputando el control sobre ese proceso, peligrando así el agotamiento de las experiencias de gobiernos alternativos de no mediar un nuevo pensamiento estratégico dentro del cual la movilización social se torna indispensable.

En su intervención, de unos 30 minutos y que Radio Mundo Real ofrece en forma íntegra, Codas señaló que los pasos integradores como ALBA, Mercosur, CELAC o UNASUR han mejorado la inserción internacional de los estados nacionales y que también han sido aprovechados por las empresas trasnacionales que operan en el subcontinente.

“Necesitamos buscar lecciones de esto”, manifestó. “Hay un desafío de pensar estos procesos a partir del análisis crítico de las conquistas, las dificultades y las particularidades” de cada país y desde los diversos sectores teniendo como norte la necesidad de desmantelar la hegemonía norteamericana tanto en lo económico, lo político o lo militar.

El surgimiento de la Revolución Bolivariana a partir de 1998 vino a sustituir la “necesidad de una retaguardia estratégica” como anteriormente había sido identificada la Unión Soviética, “nos gustara o no”, dijo el panelista ante los cerca de 200 asambleístas en la Escuela Nacional Florestan Fernández en Sao Paulo, Brasil.

Pensar la próxima etapa

“El grado de dependencia no permite una actuación como si fuéramos plenamente independientes”, manifestó y citó algunos ejemplos donde EEUU vetó intercambios comerciales y aún acuerdos estratégicos entre países latinoamericanos. Como ejemplo, señaló que la CELAC tiene su origen en una reunión en Bahía, Brasil en 2008, cuando por primera vez en casi dos siglos los países latinoamericanos lograron reunirse sin la presencia de potencias extranjeras como el caso de Estados Unidos o la Unión Europea (UE).

Hoy CELAC cuenta con la presidencia pro témpore de Cuba, en tanto que Venezuela tomará posesión de la conducción rotativa del Mercosur en junio próximo.
Debemos, dijo Codas, “pensar quiénes son los sujetos de esa integración: los gobiernos, las empresas u otros actores económicos” y llamó a proponer agenda y movilización sobre la importancia de los procesos integradores para beneficio de los pueblos.

Codas cerró su intervención con un llamado a pensar la próxima etapa: “necesitamos discutir cómo ir más allá, profundizando los procesos y hacerlo con las grandes mayorías de las poblaciones de nuestros países”.

Foto: F. Stédile (ALBATV)