29 de octubre de 2012 | Entrevistas | Honduras libre | Acaparamiento de tierras | Anti-neoliberalismo | Derechos humanos | Luchadores sociales en riesgo
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Karla Zelaya apoya las comunicaciones del Movimiento Unificado Campesino del Aguán (MUCA), una de las organizaciones que luchan por la transformación agraria y la distribución justa de la tierra en Honduras. Fue secuestrada en Tegucigalpa, la capital del país, el 23 de octubre y logró salvar su vida. Pero le advirtieron que mejor cierre la boca.
“Las amenazas comenzaron a partir del 22 de agosto, un día después que alrededor de 26 campesinos en compañía del abogado Antonio Trejo, quien ya no se encuentra con nosotros, fueran detenidos arbitrariamente por el simple hecho de protestar por los derechos de la población campesina frente a la Corte Suprema de Justicia”, dijo Karla en una entrevista concedida poco antes de su secuestro al corresponsal de Radio Mundo Real en Honduras, Francisco Molina*. “Recibí el primer mensaje que decía ’asi van a kedar todos los q ablen como esa perra cuidense las espaldas’. Luego empecé a recibir mensajes con amenazas constantes. Se lo comenté a los compañeros del MUCA y a ellos les preocupó la situación, luego interpuse la denuncia ante el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH)”, agregó la comunicadora.
Unos 70 campesinos han sido asesinados en el Bajo Aguán en los últimos tres años, en un conflicto agrario en el que las organizaciones sociales señalan a terratenientes y empresarios como responsables intelectuales, cuando menos, de las amenazas, persecuciones y asesinatos de trabajadores rurales, generalmente concretados a través de sicarios contratados.
Karla fue capturada cerca de su casa por tres individuos, que la metieron a la fuerza dentro de un automóvil, le vendaron los ojos y la llevaron con rumbo desconocido. El objetivo del secuestro “express” fue perpetuar el terror a través de la tortura y el miedo, con indagaciones sobre las acciones del movimiento campesino y sus dirigentes, según nos informa Molina. “Su secuestro, sumado a las amenazas y asesinatos en las últimas semanas, es el reflejo de una práctica sistemática de violaciones a los derechos humanos, particularmente contra campesinas y campesinos”, asegura nuestro corresponsal en Honduras .
Karla está próxima a graduarse en la carrera de periodismo, una profesión que también ha afrontado la coacción y los embates del crimen y el silencio en el país. Veintitrés periodistas han sido asesinados en los últimos tres años. Karla representa a cabalidad el rol del comunicador social. Es una mujer joven y comprometida con las clases desposeídas de Honduras. No es campesina de nacimiento, pero cosecha la libertad y la justicia del campo, ayuda a romper el cerco mediático y apoya las voces del campesinado de su país. Hoy día quienes mantienen la exclusión y las injusticias que afectan a 300 000 familias campesinas quieren seguir acallando esas voces.
“No hemos recibido ningún acercamiento de las autoridades para brindarnos seguridad. Ni el Ministerio de Seguridad ni el de Derechos Humanos se han comunicado con nosotros. Debemos tomar nuestras propias medidas para protegernos”, se lamentó Karla en la charla con Radio Mundo Real. Con el ninguneo de parte del Estado hondureño es mucho más fácil entender que los dirigentes o activistas amenazados sean finalmente secuestrados, como pasó con Karla, o directamente asesinados.
Los comunicadores y su obligación de ayudar a los desposeídos
Karla nació y pasó su niñez en el departamento de Colón, para luego migrar a la capital y lograr un mejor porvenir, éxodo al cual se unen miles de habitantes del área rural de Honduras. Es que la pobreza en el campo alcanza el 65 por ciento. Karla nunca se imaginó que regresaría a la tierra más fértil del país, hoy controlada por grandes empresas agro exportadoras.
Según explicó la activista, los comunicadores tienen la obligación social de ayudar a las personas. “Nosotros somos un medio para aquellas personas que no tienen voz ni voto, para que puedan ser escuchadas”, recalcó. “Tengo bien claro los riesgos que una corre y sé que en cualquier momento nos puede pasar algo. Aquí no hay justicia, la mayoría de los casos quedan en la impunidad. Para las autoridades no existimos”, expresó con cierta resignación.
Karla interpuso una denuncia ante el Ministerio Público con el afán de lograr protección y justicia. Se espera también que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), gracias a la acción de COFADEH, emita en los próximos días medidas cautelares para que el Estado proteja la vida de la comunicadora.
* Francisco Molina es integrante del Movimiento Madre Tierra – Amigos de la Tierra Honduras.
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