15 de febrero de 2013 | Entrevistas | Cumbre de los Pueblos Santiago de Chile | Anti-neoliberalismo | Género
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El año de 2013 comenzó con movimientos políticos importantes entre América Latina y el Caribe, a través de la realización de la primera cumbre entre la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la Unión Europea (UE) en Santiago de Chile. Los movimientos y organizaciones sociales de ambas regiones no estuvieron ajenos a estos pasos y marcaron su presencia realizando la Cumbre de los Pueblos, desde donde difundieron sus luchas y propuestas para que haya justicia social, solidaridad internacional y soberanía de los Pueblos.
Varias fueron las denuncias y análisis acerca de los riesgos y potencialidades contenidos en las negociaciones de la cumbre CELAC-UE. Así por ejemplo, se entendió que la Unión Europea “bajo un discurso de igualdad, equidad y respeto a los derechos humanos encubre la intención de apropiarse de recursos y mercantilizar todo lo que pueda.” Quién lo manifestó de esta manera fue Elizabeth Peredo integrante de la Red Latinoamericana de Mujeres Transformando la Economía (REMTE) y la Fundación Solón en entrevista con Radio Mundo Real durante la Cumbre de los Pueblos.
Además de considerar que el objetivo por detrás de estas negociaciones es el de “controlar las economías y recursos de nuestras regiones desde los ’emporios del norte’ donde se afincan las grandes empresas y corporaciones”, Elizabeth considera que los acuerdos que se pretenden obtener “están basados en el paradigma de crecimiento (económico) sin fin y en la intención de garantizar una seguridad jurídica para las inversiones privadas”.
Pero a pesar de estas amenazas latentes, la militante boliviana destacó como positivo el hecho de que la Cumbre CELAC-UE, es la primera instancia de negociaciones de este tipo en donde América Latina se encuentra unida como región sin la presencia de Estados Unidos, y con Cuba asumiendo la presidencia pro tempore, un hecho que considera debe ser apoyado desde los movimientos sociales de la región, debido a que la isla ha sido “el primer bastión antiimperialista de la región”.
No bajar la guardia
Hace ya algunos años que como región, América Latina logró detener la implementación del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Este constituye un hito importante según afirma la entrevistada, pero alerta que en términos estructurales el modelo sigue operando en los territorios: “América Latina se ha convertido en una especie de región especializada en minería, agricultura de exportación y biodiversidad. Son las tres áreas en las que las empresas trasnacionales están invirtiendo y sobre las que están desarrollando una serie de estrategias”.
De este modo, a su entender existen avances y retrocesos en las luchas por nuevos modelos o paradigmas de desarrollo. Como ejemplo, citó el caso de Bolivia en relación con los transgénicos: durante la lucha contra el ALCA el país se pronunció categóricamente en contra de la incorporación de Organismos Genéticamente Modificados (OGM) a la agricultura, pero hoy en día esa postura se encuentra debilitada, debido a la aprobación de una norma (la Ley de Promoción Productiva aprobada en el 2011) que podría abrir más aún las puertas a los transgénicos y a una situación de hecho, en donde más del 90% de la soja cultivada en ese país ya es transgénica.
Ante esto, Elizabeth considera fundamental que los movimientos sociales no bajen la guardia, sigan resistiendo, buscando propuestas y sobre todo exijan que “aquellos gobiernos que son un poco más abiertos, que vienen de una tradición de lucha, escuchen estas críticas y estas miradas que desde los movimientos sociales continentales hemos producido”.
El avance de la lucha feminista
Al ser consultada sobre el rol de las luchas feministas en la región en este marco, Elizabeth rescató el análisis realizado por Francisca “Pancha” Rodriguez de la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas (ANAMURI), quien destacó durante una de las actividades autogestionadas de la Cumbre de los Pueblos, el gran avance en el que se encuentran esos procesos, en términos de reflexión y propuestas: “Creo que (Pancha) tiene razón. Yo creo que la reflexión feminista está muy avanzada porque desde ese espacio poco visibilizado por los propios movimientos, y aún más por la sociedad, está dando respuesta a esos desafíos de los que estoy hablando, como por ejemplo, el tema estructural. El movimiento feminista por naturaleza siempre trata de orientarse a las injusticias desde un punto de vista estructural”.
Dentro de esta reflexión feminista, Elizabeth destacó el desarrollo de un concepto importante en relación con el debate sobre nuevos paradigmas, que es la economía del cuidado. Entendiéndola no solamente como una “exigencia de política pública, de que los Estados inviertan más a aquellos nichos dentro de la sociedad que van redundando en el cuidado de las personas, la naturaleza, etc., sino también en el sentido de un paradigma nuevo para recuperar el equilibrio entre los seres humanos y la naturaleza, pero desde la perspectiva del cuidado y de la complementariedad”.
Sobre el final de la charla, la integrante de REMTE profundizó sobre la idea de economía feminista, expresando que esta “parte de considerar aquello que la economía de mercado no considera. La economía y el trabajo dentro del hogar, y dentro de la comunidad, que generalmente no son visibilizados, entren a ser visibilizados y formen parte de un sistema donde los paradigmas sean distintos: no los paradigmas de comercio y de generación de productos que están destinados al mercado. Sino de valorizar a través de otras vías, de otros mecanismos que deberían ser estatales, aquel trabajo que genera los productos y valores más importantes para la vida”.
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