Enau es Vicepresidente de la Federación Campesina y Minera del Sur de Bolívar, que integra la Vía Campesina Colombia, una de las organizaciones convocantes de la Misión Internacional que durante la primera quincena de julio recorrió el país y se reunió con instancias oficiales en torno al impacto de los monocultivos de caña y palma aceitera.

En diálogo con Radio Mundo Real, Enau hilvana su historia personal con la saga de desplazamientos, atemorización, desaparición y muerte de militantes populares en su país.

“A través de esta multinacional de la palma las comunidades vienen sufriendo unas consecuencias muy graves”, señala Enau. “Como la pérdida de las posibilidades de sobrevivir en la región porque se viene concentrando la tierra, dañando el medioambiente, acabando con las ciénagas y con los ríos, entonces se acaba la pesca que es el soporte de muchas comunidades. Se dice que el desarrollo viene cuando vienen a instalarse las trasnacionales y nosotros los colombianos estamos comprobando que eso no es así. Porque cuando se instalan unas empresas y que no haiga una carretera y no exista comida para la alimentación humana, vemos que es una gran mentira”.

El dirigente de Vía Campesina Colombia no puede ingresar sin custodia armada y acompañamiento internacional a su región, donde aún reside su familia. Es uno de los miles de casos de dirigentes campesinos, obreros, sociales o estudiantiles que son férreamente perseguidos en su país, tal y como no pudo dejar de verificar la Misión Internacional. Sin embargo, Gabriel Enau nos dice que se niega a declararse como “desplazado”.

“El Estado colombiano trata que uno se declare como desplazado para darle una ayuda cuando en realidad es el propio estado el que genera ese problema del desplazamiento para obtener más tierras para las multinacionales. Yo soy un líder social que me he construido junto a las comunidades y defiendo y defendemos un territorio que es de nosotros, por eso no acepto declararme como desplazado”.

En la Federación, conviven campesinos y mineros, algo no del todo corriente en las organizaciones de base. Enau nos explica esta circunstancia. “Somos una organización de base que hemos nacido de fuertes movilizaciones sociales y llegamos a la conclusión de hacer una federación de campesinos y mineros como forma de construir una región para todos. Desde el campesinado construyendo la soberanía alimentaria –donde nos dejan porque nos fumigan, nos persiguen…-, hemos ido enseñando al minero a que no solo viva del granito de oro sino que construya su propia soberanía”, nos cuenta Gabriel Enau sobre la génesis de su organización en la siguiente entrevista.