El rerefente de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC-Vía Campesina) de Centroamérica señaló que una de las principales conclusiones de dicho cónclave en suelo boliviano fue la certeza de que el futuro de la humanidad está amenazado por un sistema económico injusto como el capitalismo que, para su continuidad, busca la ganancia sin límites y por ende no repara en la devastación de recursos naturales y el desequilibrio climático.

El rescate de estos acuerdos, que podrían constituir la base para una declaración internacional de los derechos de la Madre Tierra como parte indivisible de los Derechos Humanos, es de especial importancia, señala Alegría, cuando en el balneario mexicano las grandes potencias negocian paliativos al cambio climático sin cuestionarse las verdaderas causas del mismo.

Dicha plataforma común de los movimientos campesinos, indígenas, ambientales y también de gobiernos comprometidos con estas causas como Bolivia y otros, sentencia claramente que la “deuda ecológica” de las potencias industriales centrales significa cinco veces más que la del Sur global y que dichos costos deben ser asumidos.

“El futuro de la humanidad está en peligro y no podemos aceptar que un grupo de gobernantes de países desarrollados quieran definir por todos los países como lo intentaron hacer infructuosamente en Copenhague. Por eso es necesaria la realización de un referéndum mundial, plebiscito sobre el cambio Climático en el que todos seamos consultados sobre los niveles de reducción de emisiones de los países desarrollados y las empresas trasnacionales”, dijo Alegría.