13 de septiembre de 2012 | Entrevistas | Misión Internacional de Solidaridad y DDHH | No al golpe de estado en Paraguay | Anti-neoliberalismo | Derechos humanos | Luchadores sociales en riesgo
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El gobierno de facto de Paraguay tiene cerca de cuatro meses para entregar el predio de Marina Cué, a unos 35 kilómetros de la ciudad de Curuguaty e irregularmente en manos de la empresa agrícola ganadera Campos Morombí, a los campesinos sin tierra que lo están reclamando y que viven principalmente en la comunidad de Yvy Pytã, a unos cinco kilómetros del terreno en disputa.
Los campesinos ocuparán las tierras si no les son entregadas en ese plazo, que vence el 20 de diciembre. Los pobladores de Yvy Pytã, donde están los familiares de la mayoría de los campesinos asesinados en el desalojo del 15 de junio en Marina Cué, dicen que el presidente de facto, Federico Franco, en su visita a la zona días atrás les dijo que buscaría alguna solución.
“No es que los campesinos quieran entrar” a Marina Cué si Franco no les da las tierras, sino que “van a entrar”, dijo a Radio Mundo Real un sin tierra de Yvy Pytã que llamaremos Juan a los efectos de esta nota y que está dispuesto a ingresar al predio el 21 de diciembre. Pertenece al grupo de familiares que perdieron seres queridos en el desalojo del 15 de junio.
Franco ya visitó Yvy Pytã y lo mismo hizo el Gabinete Social de la Presidencia de la República. Según dijo Juan, les ofrecieron soluciones que a ellos no les satisfacen. “Están haciendo un puesto de salud, camino, iluminación. Pero eso no es justo, no es lo que nosotros necesitamos, nosotros necesitamos tierra. Le dijimos eso al presidente de la República”, señaló. Juan admitió que la atención en salud por ejemplo es importante, pero la reivindicación principal ahora es por tierras para vivir y trabajar.
Desde el Gabinete Social les ofrecieron cursos de capacitación en oficios, por ejemplo en áreas como peluquería, electricidad y plomería. Los sin tierra rechazan esas propuestas. “A mi particularmente no me conviene eso, si yo soy peluquero, gano plata, no me conviene si no tengo tierra donde vivir”, resumió Juan, que quiere además un lugar en Marina Cué donde se recuerde a los muertos. Muchos familiares de los campesinos allí caídos dijeron a Radio Mundo Real que quieren vivir en el lugar por el que pelearon y donde murieron sus seres queridos.
Juan también contó cómo vivió la matanza del 15 de junio desde Yvy Pytã, ya que él no estaba en el asentamiento de Marina Cué. Dijo que sabía que la policía iría al lugar pero para conversar con los sin tierra. “Cuando (los campesinos) estaban hablando con la policía hubo un tiro, no sabemos ni de dónde”.
Juan intentó comunicarse con un familiar dentro del predio (una de las víctimas) y no tuvo suerte. Llegó hasta la carretera pero la policía no le permitió el ingreso a las tierras por las que se llega a Marina Cué. “No pudimos hacer nada” reiteró con desazón. El habitante de Yvy Pytã, en tierras que le presta un familiar, recordó que el tiroteo duró unos diez minutos como máximo, en el entorno de las 8:30 de la mañana de ese funesto 15 de junio. Se quejó de que luego de la masacre los policías (seis efectivos también fueron asesinados) recibieron socorro, al tiempo que los campesinos heridos o caídos fueron atendidos a eso de las cuatro de la tarde. Al menos dos campesinos fallecidos y algunos heridos fueron retirados del lugar un día después del enfrentamiento.
La tesis de una infiltración entre los campesinos que estaban en Marina Cué que habría operado en su contra hasta hoy genera resquemores en Yvy Pytã. “No hay confianza, hasta ahora tenemos miedo, la gente no quiere hablar”, señaló Juan. Otros habitantes coinciden en que la población local lentamente vuelve a sentirse unida y con confianza para seguir la lucha por Marina Cué.
Juan reivindicó la lucha campesina por un predio que los sin tierra de la zona reconocen como estatal y que fue tomado por el empresario Blas Riquelme, ex legislador del Partido Colorado fallecido el 2 de septiembre. Él era un “supuesto dueño”, consideró Juan, que agregó que los campesinos que estaban en Marina Cué “se fueron a reclamar sus derechos” para trabajar la tierra. Muchos de ellos buscaban salir de la situación de hacinamiento que se vive en las casas de la zona ante la carencia de tierras.
Foto: Coordinadora Nacional de Organizaciones de Mujeres Trabajadoras, Rurales e Indígenas (CONAMURI)
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