Tan aseguró que esa organización no está en contra del desarrollo, como a veces se ha argumentado desde el gobierno. “Sólo esperamos que cualquier corporación que venga a operar en el país, y brinde oportunidades laborales para las comunidades locales, implemente proyectos sustentables”, señaló el activista, demandado por Lynas por difamación junto a cuatro compañeros y también la organización.

Según nos contó Tan y otras personas entrevistadas en Kuantan, el uso de la difamación no era común en el pasado. Se ha vuelto más regular luego de la instalación de Lynas, que procesa tierras raras y deja en su operativa residuos radioactivos, como el torio.

Tan evaluó que el gobierno no ha atendido debidamente las opiniones y argumentos válidos provenientes de la sociedad civil, ni ha sido capaz de brindar una solución segura para desechar los residuos. Hasta la actualidad la compañía no tiene un plan de manejo de desechos, a pesar de que algunos de ellos son radioactivos.

Nuestro entrevistado resaltó que la comunidad se enteró del proyecto de Lynas cuando casi el 90 por ciento del emprendimiento ya estaba listo, y gracias a un foro público de una legisladora local que compartió un artículo del diario estadounidense New York Times sobre la construcción de la planta en Gebeng. Eso fue a comienzos de 2011. Sobre el final del año el primer cargamento con tierras raras llegaba al puerto de Kuantan.

Según dijo el activista, desde el comienzo de la resistencia contra Lynas, Save Malaysia Stop Lynas entendió que había dos alternativas para expulsar la empresa. Una era que el gobierno cerrara la fábrica, lo que traería juicios contra el país y posiblemente grandes perjuicios económicos. La otra vía era que Lynas fuera financieramente inviable. “Fue en esta dirección que formulamos nuestras estrategias. Hoy la empresa parece enfrentar dificultades en ese sentido”, dijo Tan. Lynas tiene grandes inconvenientes para hacer frente a sus deudas.

Sobre el final de la entrevista Tan subrayó la necesidad de que las organizaciones y comunidades que se preocupan por la Madre Tierra se informen sobre la resistencia contra Lynas y se vinculen a esa lucha en solidaridad, y bajo el entendido de que un ataque a la naturaleza en cualquier parte del mundo repercute en las demás regiones. “Todos debemos trabajar como una única gran coalición”, finalizó.