En cuanto al aporte de los trabajadores rurales a la Soberanía Alimentaria, Zúñiga indicó que en términos generales en el continente no se cuenta con mecanismos que garanticen un trabajo decente y que la tónica general es que los propios trabajadores de la industria alimentaria no tienen acceso a los alimentos que producen.

Señaló que resulta importante el hecho de que en la Alianza para la Soberanía Alimentaria participen sindicatos que puedan realizar incidencia hacia dentro de las centrales operarias e indicó que se requiere la movilización permanente por condiciones de vida y trabajo dignas, clave de la Soberanía Alimentaria.

El movimiento obrero hoy se enfrenta a las grandes corporaciones trasnacionales con presencia en América Latina y el Caribe, al encarecimiento de los alimentos y al acaparamiento de los medios de producción, entre ellos tierras y regiones de pesca.
En el caso chileno, los trabajadores llamados “inquilinos” lucharon en los 70 hasta conseguir una reforma agraria revolucionaria que transformó al campo chileno. “Hoy día son ellos que mantienen el conocimiento”, indica Osvaldo. “Tenemos 3 millones de hectáreas de cultivos forestales. Los trabajadores pueden ser nuestros aliados para recuperar esas tierras en la producción de alimentos”, indicó en la entrevista.

“Debemos estar aliados a los trabajadores de la industria alimenticia. Ellos nos pueden informar de mejor manera cómo están siendo intervenidos esos alimentos. Esa alianza campesina-trabajadores tenemos que mantenerla en activación permanente para dar esta lucha que debe ser democratizadora de nuestro continente y en la gran construcción de la paz”.