24 de febrero de 2014 | Noticias | No al fascismo golpista en Venezuela / 2014 | Anti-neoliberalismo | Derechos humanos | Hugo Chávez
América Latina sufre un nuevo intento de desestabilización de procesos populares y democráticos a través de métodos espurios de los cuales las potencias hegemónicas y el departamento de Estado Norteamericano no se encuentran exentos.
A menos de un año de haber resultado electo presidente de la República Bolivariana de Venezuela en comicios que contaron con centenares de observadores internacionales que ratificaron su transparencia, Nicolás Maduro, su gobierno y las organizaciones sociales y populares venezolanas enfrentan una serie de sabotajes y manipulaciones mediáticas que buscan derrocarlo en clara violación de las reglas de juego democráticas y éticas.
Las mismas, que tuvieron su punto más grave el pasado 12 de febrero con el llamamiento del ex alcalde Leopoldo López Mendoza a “tomar las calles hasta derribar al gobierno” lo que derivó en actos vandálicos en infraestructuras públicas de Caracas, son la continuidad de un historial de sabotajes que han afectado el abastecimiento de alimentos básicos y provocado una pronunciada especulación, afectando a la población venezolana.
La información pública existente permite vincular sin ambigüedades a López Mendoza con agencias de inteligencia norteamericanas, lo cual es corroborado por la solicitud hecha por el Departamento de Estado a las autoridades bolivarianas para anular las causas judiciales en su contra, con la velada amenaza de las posibles “consecuencias” internacionales que su procesamiento traería aparejadas.
Los testimonios que hemos recibido de informaciones fraternas dentro y fuera de Venezuela indican la existencia de formaciones paramilitares activas en el marco de supuestas movilizaciones de fuerzas “opositoras” venezolanas, las cuales han sin embargo rehusado reiteradas convocatorias del Gobierno a instancias de diálogo para pacificar el país.
Estas prácticas de corte paramilitar tienen el respaldo de organizaciones de ultraderecha de Colombia, pero también existen sectores de grupos conservadores de otros países ambientando las condiciones para un eventual quebranto democrático en la patria de Simón Bolívar, como es el caso de grupos salvadoreños y costarricenses lo cual ha sido ampliamente difundido.
Sectores antidemocráticos y de corte fascista, que existen en cada uno de nuestros países, ven con agrado la funcionalidad política que podría acarrearles un desplazamiento antidemocrático de Nicolás Maduro y los sectores revolucionarios libre y reiteradamente legitimados en Venezuela.
La táctica de “golpe blando” utiliza asimismo grupos civiles y juveniles que, argumentando una presunta falta de libertad política en Venezuela solicitan respaldo de figuras políticas en nuestros países, las cuales sumándose habilitan una opinión pública que justificaría lo que no podría denominarse sino golpe de estado.
La voluntad mayoritariamente expresada por la población venezolana, a pesar del boicot mediático y empresarial incesante tendiente a desgastar el proceso revolucionario, debe ser respetada. Las fuerzas opositoras venezolanas muestran un total desprecio por los pronunciamientos populares y aún por la vida de quienes se suman a los actos violentos, inscriptos en esquemas de desprestigio y creación de una opinión pública internacional que, al igual que en otros procesos del planeta, justifique una intervención extranjera directa en los asuntos internos venezolanos.
Desde nuestro compromiso con los cambios sociales populares, la justicia social y ambiental y la defensa de los Derechos Humanos como federación ambientalista latinoamericana y caribeña, denunciamos los intentos desestabilizadores, la violencia fomentada y financiada desde los poderes fácticos venezolanos y el gobierno de los Estados Unidos y nos solidarizamos con el pueblo venezolano, el gobierno de esa República Bolivariana y las organizaciones populares que hoy se encuentran en las calles defendiendo sus conquistas, su soberanía y liber autodeterminación.
Sumamos así nuestras voces a la de cientos de organizaciones y redes sociales del continente, así como la gran mayoría de los gobiernos e instituciones regionales que ven en esta nueva intentona golpista un riesgo para la región en su conjunto, siendo Venezuela un motor fundamental en la necesaria y postergada integración desde los pueblos del continente.
Febrero 2014
Imagen: www.foei.org
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