Este martes 18 tendrá lugar el arresto de Leopoldo López, una de las figuras identificables de estos hechos y quien llamara a “tomar las calles hasta que salga el gobierno” legítimamente electo de Venezuela. Se trata de un ex alcalde del municipio de Chacao, sobre quien la justicia ya libró orden de captura y que se encuentra prófugo desde el pasado 12 de febrero.

Dueño de un vasto historial que se remonta al asedio a la embajada cubana durante el golpe de estado de 2002 contra el entonces presidente Hugo Chávez, López cuenta con el apoyo explícito del Departamento de Estado de los Estados Unidos.

Según denunció en su cadena nacional de medios el mandatario Nicolás Maduro –electo en abril de 2013, a menos de un mes de transcurrido el fallecimiento de Chávez- la cancillería norteamericana a través de Alex Lee, subsecretario adjunto para América del Sur del Departamento de Estado leyó al representante de Venezuela ante la Organización de Estados Americanos Roy Chaderton Ramírez un mensaje para el gobierno de Caracas en que reclamaba dejar sin efecto el arresto de López ya que el mismo “podría causar muchas consecuencias negativas con sus ramificaciones internacionales”.

López, el protegido de la diplomacia estadounidense, fue el principal instigador de los actos de violencia callejera en las calles de Caracas que destruyeron parte del edificio de la Fiscalía Nacional y que derivaron en la muerte de tres personas.

Maduro calificó las amenazas de Washington como una injerencia y señaló que apelará a todas las instancias internacionales de las cuales Venezuela es parte para denunciarlas. Asimismo, expulsó a tres funcionarios del Consulado y la embajada de EEUU en Caracas al encontrarlos responsables de reuniones conspirativas con estudiantes universitarios.

Preparados

En ese sentido, la ciudad capital, Caracas, fue declarada zona de paz, no autorizándose la convocatoria de López para este martes. La pacificación es, en efecto, el concepto fundamental en la contra-campaña de las fuerzas bolivarianas. Sin embargo, Gudiño señaló en la entrevista con Radio Mundo Real que los actos de violencia tienen lugar en barrios de clase media y que desde las Comunas de las periferias se encuentran preparados para, con fuerte presencia callejera, detener la nueva intentona golpista.

En ese sentido, Gudiño señala que la confrontación con los sectores de formación paramilitar alcanzan “como carne de cañón a los estudiantes y grupos de clase media. En su efecto golpista lo fundamental no son los estudiantes, sino las fuerzas con preparación militar, que actúan muy ordenadamente” como fue el caso de la destrucción del metro caraqueño.

Las acciones violentas aparecen planificadas, tendientes a destruir edificios emblemáticos, institucional o turísticamente como el Hotel Alba Caracas o el teatro teresa Carreño, que se encuentra al frente de este, y sus responsables han sido identificados y denunciados.

Algunos medios de comunicación revelaron grabaciones clandestinas entre políticos de derecha venezolanos donde en días previos se manejaba la información de la existencia de estos desmanes.

Gudiño señaló que a diferencia de procesos de desestabilización como el de 2002, no existen riesgos de quebrantos en la unidad de la fuerza militar y manifestó que el peso relativo de sectores de la sociedad, como los que en ese entonces se manifestaban a través de cacerolazos en lugares públicos, hoy se encuentra minimizado frente a los actos violentos.

Denuncia permanente y movilización alerta para mantener el control territorial son los métodos con que desde la Red de Comuner@s se manejan en estos días críticos, explicó.

Generar el vacío

En su análisis de las causas por las cuales la campaña desestabilizadora eligió estas fechas, Gudiño sospecha de la existencia de análisis que indican un eventual vacío de poder a casi un año del fallecimiento de Hugo Chávez, lo cual arrojó tras elecciones de resultado ajustado a Maduro a la Presidencia del país.

Asimismo, el gobierno revolucionario cosechó una importante victoria popular a escala de los municipios en diciembre pasado, lo cual abre un período de año y medio sin instancias electorales de por medio. Ello podría haber acarreado cierta desesperación a la oposición, animándola a la aventura golpista, dice Gudiño en la entrevista.

El accionar violento se vio secundado por un verdadero ejército de usuarios de redes sociales como Twitter, con el uso de imágenes apócrifas con la intención de indicar la violación de DDHH por fuerzas policiales contra los manifestantes contrarevolucionarios.

Tal es el caso de la imagen que acompaña este informe, correspondiente a un preso vasco torturado en una cárcel del Estado Español y que fuera utilizado por los “twitteros” como emblema de los supuestos vejámenes cometidos por las fuerzas oficialistas venezolanas.