Un comunicado, presumiblemente interno del grupo “Rastrojos Comandos Urbanos”, paramilitar, anunciaba la intención de asesinar a candidatos de la Unión Patriótica y voceros de la Marcha Patriótica y de la Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria (FENSUAGRO – CLOC – Vía Campesina), entre ellos su presidente Eberto Díaz (foto) y su Tesorera, Nidia Quintero.

Ambos asimismo son voceros de la Mesa de Interlocución y Acuerdo (MIA) de la plataforma de organizaciones que llevó adelante el Paro Agrario en agosto y setiembre del pasado año, por reivindicaciones del movimiento campesino colombiano, golpeado por una fuerte crisis agudizada por el Tratado de Libre Comercio y el agronegocio en los distintos territorios.

Durante el paro agrario fueron asesinados doce campesinos y después de la medida que virtualmente paralizó las principales vías del país otros diecisiete fueron eliminados, sumando en estas 29 víctimas una instantánea del clima de terror que rige, pese a los diálogos que tienen sede en La Habana, en el campo de la lucha campesina colombiana.

Pero Eberto y Nidia no fueron los únicos. El comunicado de “Rastrojos” pone precio también, en una suerte de escalafón de importancia a los candidatos de la UP, ex senadora Piedad Córdoba, David Flores, Andrés Gil, el periodista y candidato Carlos Lozano y Carlos García.

Las “recompensas” ofrecidas van desde cinco a cincuenta mil dólares.

En simultáneo, se conoció que otro grupo, “Águilas Negras” amenazó al diputado del Polo Democrático Alternativo Iván Cepeda, presuntamente por “calumniar” al ex presidente Álvaro Uribe, así como a la candidata presidencial de la UP, Aída Avella.

Responsables

FENSUAGRO hace responsable por la seguridad de sus dirigentes al gobierno de Juan Manuel Santos y señala que no se han investigado suficientemente las denuncias de anteriores amenazas. También achacan que el estado no ha mostrado voluntad real de desmantelar las estructuras paramilitares, cuyos elementos “actúan y deambulan por toda Colombia sin ningún requerimiento por parte de las autoridades policiales”.

Eberto Díaz, uno de los dirigentes amenazados explícitamente, dialogó con Radio Mundo Real en el marco de una gira regional de su Federación por la región caribe colombiana. Señaló que los diálogos de paz generan “escozor” en determinados sectores sociales que se plantean “primero derrotar al enemigo para después sentarse a dialogar con él”. Pero dijo demás que los colombianos “no merecen vivir 40 años más de guerra para llegar a un acuerdo. Es el momento preciso para que la insurgencia y el gobierno lleguen a un entendimiento”.

La resistencia a la apertura de la participación política de la oposición civil o guerrillera en el Congreso, es resistido desde los sectores más poderosos de Colombia, cuya representación se basa en sumas millonarias de dinero invertido en prebendas y campañas, agrega el dirigente de CLOC-Vía Campesina.

Cumbre agraria, social, étnica y popular

Para el entrante mes de marzo, resaltó el dirigente de FENSUAGRO, campesinos, indígenas y trabajadores se está convocando a una “gran cumbre agraria, social, étnica y popular” los días 17 a 19 de ese mes con presencia de más de 50 mil delegados y delegadas de todo el país que elabore un pliego de condiciones para una movilización masiva similar al paro agrario y popular de 2013 para el segundo semestre.

Eberto indicó que se denuncia la imposibilidad de establecer acuerdos con el gobierno que saquen de la crisis al campo colombiano y dijo que grupos como “Rastrojos” o Águilas Negras” son desprendimientos de las llamadas audodefensas paramilitares, presuntamente desmanteladas durante los gobiernos de Uribe. “Siguen siendo los mismos, sigue habiendo una gran presencia y una fuerza política de estos grupos que incluso consumen en forma mafiosa parte de los presupuestos públicos para el mejoramiento social.

Y agregó que su accionar es absolutamente funcional al latifundio colombiano, pero también a las trasnacionales vinculadas a la extracción de oro, petr

óleo y otros recursos.