En Uruguay desde 2013 el 30 de abril es el Día del Trabajador y la Trabajadora Rural, feriado pago obligatorio para los empleados del sector. En un país donde la población rural es de apenas un 5%, en cambio las trabajadoras y trabajadores del campo son aproximadamente un 20 por ciento de los asalariados y asalariadas uruguayos.

A apenas diez años de aprobada la ley de 8 horas para el medio rural, lo que reconoce horas extras y períodos de descanso así como seguro de desempleo, este año la fecha se celebró en la ciudad de Canelones.

En ese contexto, se informó que en un corto período de tiempo, una década desde la vigencia de la ley de descanso para los rurales, más de 15.000 asalariados y asalariadas del quehacer agropecuario redujeron su jornada laboral y duplicaron sus ingresos por concepto de horas extras y otros derechos.

Asimismo, en esa década aumentó en 9000 las jubiladas y jubilados (pensionados/as) del sector, para lo cual desde el gobierno es necesario subsidiar la seguridad social (salud, retiros etc.) asociada al campo en 390 millones de dólares anuales.

“Aún falta, pero hemos avanzado con la aprobación de la ley de ocho horas, los Consejos de Salarios, el acceso al Sistema Nacional de Salud y a la jubilación”, dijo el ministro de Trabajo Ernesto Murro en la celebración, junto a los sindicatos de la Unión Nacional de Trabajadores Rurales y Afines (Unatra), que a su vez es parte de la confederada PIT-CNT. Es la central sindical única en Uruguay desde la década del 60.

Este 8 de mayo iniciarán las negociaciones colectivas del conjunto rural. Para el propio gobernante “en América Latina y en el mundo son muy pocos los trabajadores rurales que participan de la negociación colectiva como se hace en Uruguay”. Además, valoró positivamente la fecha, previa al Día Internacional de los Trabajadores/as porque “para una democracia, además de las leyes, es necesario que se organicen los trabajadores y productores”.

Desafíos

El representante de la Unatra, Rafael Rodriguez, explicó los logros y desafíos pendientes para un sector como es el del citrus, concentrado en Uruguay en unas pocas empresas.

Por su parte María Flores, vicepresidenta de la Unatra, reconoció que existe un compromiso con el gobierno uruguayo para reconocer las necesidades específicas del trabajador y de la trabajadora rural.