Organizaciones sociales mexicanas están en alerta ante el vertiginoso desarrollo de los parques eólicos en todo el país, pero principalmente en el istmo de Tehuantepec, en el Estado de Oaxaca.

Según afirman estos grupos, la supuesta alternativa de "energía limpia", lejos de promover el progreso y el respeto al ambiente, está significando "el despojo de tierras bajo presiones y engaños".

En los últimos días de enero, cientos de personas se movilizaron por este motivo en la ciudad de La Ventosa. Hasta allí llegó el presidente Felipe Calderón y su comitiva para inaugurar un emprendimiento de Iberdrola, duramente cuestionado por las comunidades locales.

Presiones, engaños y desplazamientos forzados. Esa es la situación que se ha generado a raíz de la instalación de los emprendimientos energéticos de las empresas españolas, afirman los opositores al modelo.

"Pero esto ha sido falso. Los comuneros han sido engañados y presionados para alquilar sus tierras en contratos que duran de 40 a 60 años, y no se les informó de cómo quedarían afectadas sus parcelas", puede leerse en un documento que difunde por estos días una coordinación de organizaciones de Oaxaca.

Además, la puesta en marcha de estos proyectos no ha tenido ninguna repercusión en un aspecto básico: los servicios eléctricos de la zona no han mejorado y tampoco han bajado las tarifas.

"¿Dónde está el progreso y los beneficios?", se interrogan los grupos oaxaqueños, que han iniciado acciones legales para frenar estos conflictos, a pesar de que no tienen grandes esperanzas de lograr avances en ese ámbito.

En la misiva, finalmente, se le reclama al gobierno de España que evalúe el impacto que están teniendo estas empresas en territorio mexicano, que no les ofrezca apoyo económico, político o diplomático, entre otras cosas.