La realidad en el Bajo Aguán ya era muy dura, pero recrudeció con el golpe de Estado de Roberto Micheletti en 2009, que dio lugar luego a elecciones ilegítimas que nombraron presidente a Porfirio Lobo.

Un clima de tremenda inseguridad, amenazas de muerte constantes, persecuciones, represiones y asesinatos definen la cotidianidad que enfrentan los campesinos del Bajo Aguán. El 12 de marzo fue encontrado asesinado Marvin José Andrade. Se notaba que había sido torturado y el 50 por ciento de su cuerpo estaba quemado. Andrade vivía en la comunidad de Cayo Campo, cerca del asentamiento campesino La Lempira. Sus vecinos aseguran que había sido amenazado de muerte por guardias de seguridad de terratenientes de la zona.

La cruel realidad del campesinado del Bajo Aguán hondureño fue verificada por una pequeña misión internacional que visitó la zona en febrero. Radio Mundo Real entrevistó a la uruguaya Elizabeth Díaz, del Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales (WRM, por su sigla en inglés), una de las participantes de la gira.

Además del WRM, hubo integrantes de la Regional Latinoamericana de la Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación (Rel-UITA), de FIAN Honduras (FoodFirst Information and Action Network) y de Alba Sud.

Los activistas visitaron diversos asentamientos campesinos del Bajo Agúan luego de haber participado en el Encuentro Internacional de Derechos Humanos y en Solidaridad con Honduras, realizado del 17 al 20 de febrero en la ciudad de Tocoa, departamento de Colón, zona del Bajo Agúan. El encuentro había sido organizado por el Observatorio Permanente de Derechos Humanos en el Aguán.

En la charla de Radio Mundo Real con Díaz repasamos los orígenes de la lucha por el acceso a la tierra en el Bajo Aguán, los justos reclamos campesinos, el desarrollo de los agronegocios en la zona y la impunidad de empresarios como Miguel Facussé, uno de los señalados como responsables de los asesinatos de dirigentes.

Foto: http://encuentronortesur.wordpress.com