Lejos de denunciarlo, la empresa lo ocultó, decenas de animales murieron pero las autoridades locales parecen no tener mucho interés en investigar lo sucedido.

La ciudad de Guichón, ubicada un centenar de kilómetros al este de la capital departamental de Paysandú se sacudió el pasado jueves 9 de abril cuando comenzaron a circular las primeras versiones del “accidente”. Un avión fumigador recorrió varios kilómetros sin percatarse de que su contenido de endosulfán, un potente insecticida organoclorado, se vertía en forma indiscriminada por una manguera rota.

Las consecuencias no demoraron en hacerse visibles: parte del contenido se derramó sobre un predio con terneros, más de cincuenta de los cuales murieron al ingerir pasto contaminado. El avión siguió su curso sobre la Cañada de los Hornos y al otro día yacían en ella cientos de peces muertos. Un reguero de pájaros y animales silvestres quedó como testimonio del vuelo venenoso. También se estima que el aeroplano había contaminado la toma de agua de las Unidades Potabilizadoras que surten a la ciudad de Guichón.

Los días pasaron y parte de los bovinos muertos fueron faenados clandestinamente, desconociéndose el destino de la carne. Sea cual fuere, el endosulfán permanece en la cadena gástrica por lo que seres humanos u otros animales –por ejemplo cerdos- podrían estar contaminados con el mismo.

El endosulfán es un insecticida organoclorado. Está clasificado por la Agencia para el Medio Ambiente de Estados Unidos (EPA) y la Unión Europea como categoría Ib, altamente peligroso. En la literatura científica se puede encontrar gran cantidad de información sobre su (eco) toxicidad, su destino en el medio ambiente, sus residuos en alimentos y forraje y sus concentraciones en el medio ambiente.

El endosulfán puede ser catalogado como un Contaminante Orgánico Persistente (COP). Reúne las cuatro características que hacen que a una sustancia se la considere como un COP: es muy tóxico para prácticamente todo tipo de organismos, es muy persistente en el medio ambiente, tiene un gran potencial de bioacumulación, se transporta a largas distancias. Estos factores han motivado su prohibición en la Unión Europea, aunque en Uruguay cada vez se importan más cantidades del producto para su aplicación en los crecientes cultivos de soja transgénica.

Una crónica publicada en el periódico “La República” refleja la reacción de los pobladores ante el efecto del endosulfán en los animales: “Uno de los vecinos muy preocupado comentó ‘recién se da cuenta uno del problema cuando el animal está agonizando’. ‘Se desplomaban o salían corriendo a la cañada cercana, nada alcanzó para evitar la muerte de los animales’, comentó un productor damnificado”.

Precisamente el autor de esa crónica, el periodista Luis Vega, dialogó con Radio Mundo Real describiendo lo que encontró al recorrer el lugar.

Más allá del episodio en sí, Vega también plantea sus dudas acerca de los efectos acumulativos del uso de agrotóxicos como el endosulfán y otros en una zona con crecientes cultivos sojeros. Y señala que a pesar de la gravedad del problema la Intendencia Municipal de Paysandú –el gobierno local- no se hizo presente en la zona. “Lo que más nos preocupa es constatar que acá nadie controla nada”, dijo el periodista.