Un obrero detenido, gases lacrimógenos, sprays pimienta y un helicóptero en sobrevuelo con efectivos policiales apuntando a los operarios movilizados escenifican parte de la acción para torcerle el brazo a la medida de lucha, que afectó todas las unidades en obra. Doce trabajadores fueron advertidos por el consorcio: la protesta les valdrá perder su puesto laboral.

El 28 de abril miles de empleados del Consorcio Constructor de Belo Monte (que agrupa a las empresas encargadas de las obras de la represa) empezaron una huelga por mejoras salariales, visitas a las familias cada tres meses y no cada seis (cuando son obreros de otras regiones), mejoras en la alimentación, planes de salud, pagos de horas extras, entre otras reivindicaciones.

La muerte en las obras del operario Francisco Orlando Rodrigues, empleado de la compañía subcontratada Dandolini e Peper, había vuelto a agitar el descontento de los trabajadores. Las condiciones de seguridad preocupan a los obreros movilizados: denuncian que han habido otras muertes en las tareas de construcción de la central que han sido “tapadas” por el consorcio.

El lunes los responsables de las obras consideraron que ya la huelga había durado demasiado y tuvieron el apoyo de la Policía Militar. Los efectivos reprimieron a los obreros en lucha, según un nuevo reporte periodístico publicado por el Movimiento Xingu Vivo para Siempre, colectivo de agrupaciones sociales de Altamira y zonas cercanas que se opone a la instalación de Belo Monte sobre el río Xingu.

Inclusive la compañía Norte Energia, una de las integrantes del consorcio constructor, alquiló un helicóptero que usaron los policías para apuntar con fusiles a los operarios desde el aire. Además, al menos doce trabajadores fueron amenazados de que serían despedidos.

Paralelamente, los responsables de Belo Monte hicieron otra movida y adelantaron el pago de salarios para el lunes, que en principio estaba previsto para este jueves.

En tanto, una comisión de la Central Sindical y Popular Conlutas se hizo presente en Altamira para apoyar la protesta de los empleados. El objetivo de la central era que los obreros denuncien sus condiciones de trabajo en una reunión marcada para este martes en Brasilia, capital brasileña, entre representantes del gobierno nacional, las empresas constructoras y los sindicatos del sector. Los operarios en huelga habían advertido que el Sindicato de los Trabajadores de la Construcción Pesada de Pará no los apoyaba y que hasta se los catalogaba desde allí como “vagabundos” por decidir la medida de lucha.

Foto: http://www.xinguvivo.org.br/